Caminar es una actividad que va más allá de movernos de un lugar a otro: puede convertirse en una forma de estar verdaderamente presentes en el aquí y ahora. Cuando andamos aprisa, nos olvidamos de voltear a ver el entorno con una mirada nueva y curiosa. Te contamos los beneficios de conectar con tu cuerpo a través de tus pasos.  

Por Redacción HEP

Hoy sabemos que uno de los pilares de bienestar más importantes para tener una vejez plena es la actividad física. Ya nos lo han dicho mil veces, ¿a poco no? 

Aún así muchas personas todavía no han incorporado este hábito de forma diaria, ya sea porque nunca hicieron ejercicio o porque no logran sostener una rutina a lo largo del tiempo.

En la madurez, caminar puede ser realmente poderoso: “Un acto con propósito, pero sin destino”, como diría nuestra host Adriana Valladares.

En el tercer episodio de nuestro podcast tuvimos un invitado de lujo que nos compartió su visión como senderista en la edad plateada.

Se trata de Jorge Valencia García, filólogo, maestro, conferencista y consultor de comunicación por más de 30 años, amante de los senderos y las montañas, quien ha subido el Iztaccíhuatl, el Nevado de Toluca, la Malinche, El Ajusco, entre otros.

Para Jorge, “la caminata es la capacidad de recuperar la relación con uno mismo siendo cuerpo y nos ayuda a transformar el ser”.

Caminata al aire libre // Freepik

Practicar caminatas conscientes nos permite combinar los beneficios de la actividad física con los beneficios mentales y emocionales del mindfulness, definido como el acto de poner atención de manera intencional al momento presente sin juzgar, de acuerdo con Jon Kabat-Zinn, referente mundial de esta práctica en Occidente. 

Al caminar contribuimos a facilitar la digestión; estimulamos la producción de hormonas de la felicidad como la dopamina; aumentan nuestros niveles de energía, y mejora la circulación. 

Recorriendo la ciudad // Freepik

En cuanto a los beneficios mentales, caminar nos permite aquietar la mente, desconectar de las distracciones, mejorar la capacidad de concentración y conectar con emociones positivas. Es por eso que practicar la caminata consciente es también una técnica de mindfulness para focalizar nuestra atención en el aquí y ahora. Mindful walking que le llaman. 

De acuerdo con la Universidad de Stanford, caminar aumenta la creatividad en un 60 por ciento. Al caminar en un entorno natural y prestando atención plena a los sonidos, olores y colores que nos rodean, estimulamos nuestra mente y fomentamos la generación de nuevas conexiones neuronales. 

Se ha demostrado que caminar es un recurso valioso en los programas de manejo de la ira. Es por eso que cuando estás enojado, lo mejor es salirte a caminar antes de responder. Esto te ayuda a ser paciente contigo mismo y con los demás.

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