El sueño es un pilar esencial para la salud y el bienestar en todas las etapas de la vida, pero después de los 60 años adquiere una relevancia especial. Aprende los mejores tips para dormir bien y cuidar tu salud. 

Por Redacción HEP

A medida que envejecemos, los patrones de sueño tienden a cambiar. Es común que las personas mayores experimenten dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormidas o sentir que el descanso no es tan reparador como solía ser. Esto puede deberse a cambios naturales en los ritmos circadianos, condiciones de salud subyacentes o hábitos que pueden interferir con el sueño.

Sin embargo, dormir bien no solo mejora la calidad de vida, sino que también tiene un impacto directo en la salud física, mental y emocional. En este artículo exploraremos por qué es importante cuidar los hábitos de sueño después de los 60 años, cómo implementar una buena higiene del sueño y qué técnicas ayudan a relajarse y descansar mejor.

Cambios en los Patrones de Sueño Después de los 60 años 

Con el paso de los años, es normal que ocurran ciertos cambios en el ciclo del sueño. Entre los más comunes están:
1. Sueño más ligero: El tiempo que pasamos en las etapas profundas del sueño (que son las más reparadoras) suele disminuir, lo que puede llevar a despertarse más fácilmente.
2. Despertarse más temprano: El reloj biológico se ajusta, y muchas personas comienzan a sentirse cansadas más temprano en la noche y a despertarse antes del amanecer.
3. Más interrupciones: Factores como la necesidad de orinar con frecuencia (nocturia), dolores crónicos o condiciones como la apnea del sueño pueden interrumpir el descanso.
4. Dificultad para conciliar el sueño: Esto puede deberse a preocupaciones, estrés, o simplemente a cambios hormonales y metabólicos.
Estos cambios no son necesariamente problemáticos, pero cuando afectan la calidad de vida, es importante abordarlos.

Por Qué Es Crucial Dormir Bien Después de los 60 Años

Un sueño adecuado es clave para:
1. Mantener la salud cognitiva: El cerebro utiliza el sueño para consolidar la memoria y eliminar toxinas acumuladas durante el día. Dormir mal puede estar relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo o enfermedades como el Alzheimer.
2. Fortalecer el sistema inmunológico: Un descanso reparador ayuda al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades.
3. Regular las emociones: La falta de sueño puede aumentar la irritabilidad, la ansiedad y la depresión.
4. Mejorar la salud física: Dormir bien está asociado con un mejor control de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y los problemas cardiovasculares.

Qué es la Higiene del Sueño y Cómo Implementarla

La higiene del sueño se refiere a los hábitos y rutinas que promueven un descanso de calidad. A continuación, algunos consejos específicos:
1. Establecer horarios regulares: Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj biológico.
2. Crear un entorno adecuado: El dormitorio debe ser un lugar tranquilo, oscuro y fresco. Invertir en un colchón y almohadas cómodas también puede marcar la diferencia.
3. Limitar el consumo de cafeína y alcohol: Estas sustancias pueden interferir con el sueño, especialmente si se consumen por la tarde o noche.
4. Evitar las pantallas antes de dormir: La luz azul de dispositivos como teléfonos, tabletas y televisores puede inhibir la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
5. Hacer ejercicio regularmente: La actividad física, incluso en forma moderada como caminar, mejora la calidad del sueño. Sin embargo, se recomienda evitar hacer ejercicio intenso justo antes de acostarse.
6. Establecer una rutina relajante: Leer, meditar, escuchar música tranquila o tomar un baño tibio antes de dormir pueden ayudar a preparar el cuerpo y la mente para descansar.

Practicar mindfulness // Freepik

Técnicas para Relajarse y Conciliar el Sueño

1. Respiración profunda: Practicar técnicas de respiración lenta y profunda puede reducir el estrés y calmar la mente. Una técnica simple es inhalar contando hasta cuatro, sostener la respiración por cuatro segundos y exhalar contando hasta seis.
2. Meditación o mindfulness: Estas prácticas ayudan a enfocarse en el presente, reduciendo las preocupaciones que a menudo mantienen despierto a quien intenta dormir.
3. Visualización guiada: Imaginar un lugar tranquilo, como una playa o un bosque, puede ser una forma efectiva de relajar el cuerpo.
4. Progresión muscular: Esta técnica consiste en tensar y relajar grupos musculares, uno a uno, desde los pies hasta la cabeza.
5. Infusiones relajantes: Bebidas como la manzanilla, la valeriana o el tilo pueden ser útiles para preparar el cuerpo para el descanso.

Cuándo Buscar Ayuda Profesional

Si a pesar de implementar buenos hábitos y técnicas de relajación persisten las dificultades para dormir, es importante consultar a un médico. Condiciones como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas o la depresión pueden requerir tratamiento específico. Además, algunos medicamentos pueden interferir con el sueño, por lo que ajustar las dosis o cambiar el tratamiento podría ser necesario.

Cuidar los hábitos de sueño después de los 60 años no es solo una cuestión de comodidad, sino una inversión en salud y bienestar. Con pequeños cambios en la rutina y estrategias para relajarse, es posible mejorar la calidad del sueño y disfrutar de una vida más plena y activa.

 Recordemos que dormir bien es tan importante como alimentarse adecuadamente o hacer ejercicio, si quieres saber más de este tema, no te pierdas la conversación que tuvimos con la geriatra y somnóloga Andrea Aguilar.