Ya se demostró que el consumo excesivo de azúcar puede tener consecuencias negativas a largo plazo en nuestro proceso de envejecimiento. Te compartimos algunas razones por las que es mejor no abusar de este nutriente crítico. 

La ingesta excesiva de azúcar impacta de manera negativa en la calidad y funcionamiento de las células, acelerando así el proceso de envejecimiento y haciendo a una persona más propensa a padecer diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares, de acuerdo con diversos especialistas de salud.

De acuerdo con un artículo de la revista GeroScience sobre biología del envejecimiento, consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), advierte que los altos niveles de glucosa y fructosa en la sangre, además de alterar el proceso celular, inciden en la disminución de una enzima antioxidante que genera el cuerpo humano, elevan la probabilidad de aumentar de peso y reducen el flujo sanguíneo microvascular.

También, diversas investigaciones han demostrado que el consumo excesivo de azúcar acelera el envejecimiento celular y empeora la calidad de la piel. Las proteínas más afectadas son el colágeno y la elastina, responsables del sostén de la piel, que permiten mantenerla firme y saludable, y tanto el azúcar como otros factores ambientales (como el sol o la contaminación) aceleran su degradación.

Autocuidado // Freepik

Es importante señalar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ubica a México entre los 10 primeros países con mayor longevidad y que en nuestro país, de enero a junio de 2022, las defunciones por diabetes mellitus ocuparon el segundo lugar, con 59,996 casos, de los cuales, 38,491 fueron en personas de 65 años y más, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Expertos de la OPS afirman en el libro La salud de los adultos mayores, que la alimentación sí influye directamente en el proceso de envejecimiento, no solo por lo que un buen estado nutritivo representa con respecto a una menor morbilidad y mortalidad, sino también por lo que supone en relación con la prevención de numerosas enfermedades e incapacidades frecuentes en las personas de la tercera edad.

Asimismo, el investigador y genetista David Sinclair, autor de Lifespan (“Esperanza de vida”) y responsable de un laboratorio donde se investiga por qué envejecemos, de la Universidad de Harvard, considera que con hábitos sencillos para tener una vida más larga y saludable es posible retrasar el envejecimiento.

“Hay cosas que los científicos han descubierto al observar a personas que viven mucho tiempo. Estas incluyen comer los tipos correctos de alimentos (un buen comienzo sería la dieta mediterránea), consumir menos calorías y con menor frecuencia, así como realizar ejercicio físico. La ingesta de alimentos adecuados para robustecer el cuerpo es la clave para ralentizar el reloj del envejecimiento”, recalca.

Comida saludable // Freepik

Finalmente, la OPS afirma que todas las evidencias y realidades científicas actuales muestran que en el envejecimiento no solo cuenta la cantidad, sino también la calidad de la vida. Es decir, “la gente no desea vivir más tiempo solamente para tener más años de enfermedad y de infelicidad; los años agregados deben ser los más sanos”.